martes, 31 de marzo de 2015

Chappie (2015)


(I Fink u Freaky and I Like You a Lot.)

Chappie es una película rara. Pero capaz no tan rara. Capaz que no es rara en absoluto. Capaz que es demasiado normal. ¿O no? Chappie es una película rara.
I -
Seamos sinceros, la tercer obra del director sudafricano Neil Blomkamp, parece ser un poco desordenada, apurada e incluso estúpida en ciertos momentos. Lejos está de su paralelismo entre extraterrestres e indigentes, o ricos en el cielo y pobres en el suelo, en este caso, Neil parece centrarse en otras cosas. Pero extrañamente, la película no pasa desapercibida, ni cerca. Logra generar entretenimiento, simpatía y algo más que no sé  expresar con una palabra…  Algo parecido a ver un puzzle mal armado, pero pegado con cascola.
Las historia contada trascurre en Johannesburgo, capital de Sudáfrica, terreno ya transitado por nuestro director de turno. Blomkamp parece conocer el territorio en donde él juega, y que nosotros tanto desconocemos. Nos muestra esta ciudad donde reina el caos futurista, con pandillas ultra violentas, policías robots, y una sociedad con un palpito anarkista. Johannesburgo luce como un futuro pre apocalíptico, a punto de entrar en una distopía, al mejor estilo Mad Max o película ochentera del estilo. Lugar perfecto para que nazca nuestra primera inteligencia artificial, Chappie
II -
Uno de los más grandes aciertos de la película son las actuaciones casi estelares de Ninja y Yo-Landi, integrantes de la banda Die Antwoord. Estos artistas, también sudafricanos, no solo músicos, sino maestros de la estética, logran que toda su obra camine por el mismo universo de violencia, anarkismo y marginalidad. Ambos personajes parecen salidos del más bajo de los mundos. Ratas con anillos de oro.
Recuerdo haberlos visto por primera vez, hace ya unos años, en un cortometraje de Harmony Korine, donde también ellos actúan. El corto se titulaba Umshini Wam y en ese momento me partió la cabeza. Ya acostumbrado a los geniales universos de Korine, estos dos lo llevan a un plano más moderno y roto-glamoroso. Así empecé a investigar, escuchar sus canciones, pero especialmente ver sus video-clips y su arte en general. Recuerdo de ver estos videos antes de dormir, y sentir algo en el pecho. Sentir que estaba haciendo algo malo.

Chappie es LA película de Die Antwoord. ¡Hasta  usan sus verdaderos nombres! Y aunque su estética no se vea tanto en la fotografía, se puede apreciar en el arte y en el tratamiento de los personajes. Vemos objetos, dibujos e ideas que ya pertenece al mundo de Die Antword, que ya salieron en sus videos o fotografías. Y los personajes no pueden ser más de su universo. Gangstas, marginales, memorables y complejos, pero sobre todo únicos.  Zef zone.
Aunque no todo es color de rosas, la banda sonora también implica a Die Antwoord, y en donde Umshini Wam acierta, Chappie pierde. Los ritmos de DA a veces resultan muy acelerados para el ritmo de la película, o simplemente descoordinados. Como si hubiese una obligación por poner estas canciones, y no una música para generar el ambiente adecuado.
III -
Y es aquí donde encontramos el mayor error en esta cinta. El guión es pésimo y no hay con que darle.  Aparte de los DA, el resto de los personajes parecen estar muy poco trabajados, en personalidad y coherencia consigo mismos. Sus decisiones y resoluciones no son creíbles, y rozan la estupidez más de una vez, dejando al espectador a punto de echar una carcajada de vergüenza ajena.  Así  es que Dev Patel, Sigourney Weaver y Hugh Jackman se pierden en sus propios bla bla blas, dejando en evidencia, ser solamente lazos entre una acción y otra.
De todas maneras la historia fluye sin problemas, aunque más de una vez tengamos que hacernos los tontos y aceptar las cosas que pasan. Aunque tenemos que admitir que la peli no está repleta de clichés como podría estar. Las situaciones son inesperadas y hasta (estúpidamente) complejas, logrando que la atención del público se mantenga los 120 minutos de la cinta.
Otro gran detalle, es lo poco que logramos sentir las preguntas filosóficas que se plantea Chappie. El ingenuo robot inteligente logra generarnos infinita simpatía y hasta ternura, pero no logra generar un paralelismo con el mundo en el que vivimos hoy, aunque sé que fuertemente lo intenta. “¿Por qué la gente hace daño? ¿Por qué mi creador me da vida si después me voy a morir?” Estas son unas de las preguntas existencialistas que Chappie nos hace, pero no solo no logramos creer al androide más humano que los humanos, sino que no logra el paralelismo esperado. O sea… ¿Qué representa Chappie? ¿Se supone que tiene que representar algo? ¿Los niños del mundo? ¿Jesús?
No sé, es un poco suelto, volviéndose por momentos la temida y odiada, filosofía barata.
IV -
En conclusión, Chappie es mala pero viajera, estúpida pero excitante.  No esperen una fábula existencialista, ni un reflejo crítico de la sociedad vacía en la que vivimos. No, nada de eso. En cambio tenemos una película clase B, grotesca, bizarra y loca. Divertida, divertida hasta el hartazgo, pero nada más.

 
Yo-Landi Vi$$er y Chappie, madre e hijo.

-Demian
 


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