sábado, 25 de abril de 2015

Adieu au langage (2014)




Se habla de Jean-Luc Godard como un genio, uno de los grandes innovadores del cine del siglo XX. ¿Pero cuánto de esto es cierto?  Si, es verdad que quebró con conceptos del cine clásico y logro crear y encontrar su propio estilo. Desde la modernilla nouvelle vague hasta su etapa completamente experimental, conceptual y “arti”: Godard siempre hizo lo que quiso. ¿Pero que tan profunda es su obra? ¿Qué tan craneados son sus experimentos? ¿Qué es arte y que es pura pretensión? Bueno, eso no solo depende de JLG.

Adiós al Lenguaje sigue por la línea de sus últimos trabajos. Películas alegóricas, con una línea argumental nula, centrándose más en la poética, tanto de las situaciones como de los planos. En sí, la historia es mínima, el retrato de una pareja y sus momentos de crisis, entremezclados con la imagen de un perro recorriendo un bosque.
¿Pero por qué esta última pieza fue tan bien recibida en comparación a sus antecesoras? ¿Por qué Adiós al Lenguaje gano el premio mayor en el festival de Cannes? Pues esta parece ser una obra más personal (y eso es mucho hablando de Godard), que trascurre con un aire de despedida. De cierre romántico a una carrera donde siempre se trató de enfrentar lo mismo: el lenguaje.
Godard es como un niño chico, lo que agarra lo rompe. Y romper es la palabra clave. Porque nunca fue su intención reescribir las técnicas cinematográficas, o inventar una corriente eterna capaz de convertirse en escuela.  No, Godard rompe con lo ya establecido experimentando profundamente hasta sacar cada técnica de sus casillas. Así sucede con el 3D y las calidades del cine digital, logrando crear tomas admirables con cámaras caseras y sus más básicas configuraciones.
Con una mirada muy lejos de ser conservadora, el director se para desde el siglo XX para observar el actual siglo en que vivimos. De esa manera logra reflexionar sobre la evolución de la tecnología y las comunicaciones, mostrándonos una visión tan crítica como moderna. No es casualidad que esta película este filmada en 3D, ni en lo-fi, ni tan estructuralmente confusa. Es todo para lograrnos meter en esa distorsión del lenguaje, este glitch humano.

Entonces… ¿Es Godard un genio y punto? ¿O un chanta que vende humo a los pseudo-intelectuales snobs? Bueno, eso depende de cada uno, de que tan uno sea (o este) receptivo a los nuevos lenguajes.  No solo existe el cine de Scorsese o de Michael Bay, y aunque sea bueno o malo, son más accesibles y requieren solamente concentración y algo de simple deducción. En este otro cine, más poético y alegórico, requiere un poder de percepción y reflexión que depende tanto del espectador como del producto en sí. Depende de que tan comprometidos estemos con la obra a la cual acudimos. Y no es que el cine comercial no lo contenga, o sea totalmente vacío, sino que estamos acostumbrados a algo menos exigente. Y al encontrarnos con este tipo de películas podemos quedar perdidos, o negativamente desconcertados.  Mucha gente se enoje o no entiende que es lo que hay que ver allí, pero no es un problema del producto, sino de que tal entregados a la reflexión estemos.

En fin, Adios al Lenguaje me pareció una película hermosa y digna de experimentar, con una manera propia de trasmitir y contar una historia. Y como toda obra de arte conceptual, requiere su tiempo y  estado de percepción y reflexión.

Godard, lo hiciste de nuevo.

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