miércoles, 29 de abril de 2015

Requiem for a Dream (2000)



 
Hay películas que, gracias a su buen manejo del lenguaje y la sutileza, o su originalidad al momento de expresar ideas a través de imágenes, no precisan decir mucho para que sean completas.  Y después esta Requiem for a Dream.
Más que una película mala, Requiem for a Dream es una película vacía. Es una película que gira sobre una idea vaga, gastada, y que ni siquiera lo hace de la manera correcta. Habla sobre lo que no sabe y te intenta vender un guion pobrísimo a través de una fotografía correcta y música clásica CONSTANTE en el fondo. Si, porque eso es lo único que se precisa para que una película sea profunda y con significado.

La historia en la que se centra este film del año 2000, es tan simple como poco creíble: drogadictos. Distintas generaciones, distintos tipos de drogas, el mismo final. Sentir lastima por ellos. Darnos cuenta que las drogas son malas, que nos van a hacer mal, si te cabe la droga te cabe la muerte y todo eso. Pero el principal problema de todo esto es que, para sentir lastima por algún personaje, para poder meternos con ellos en sus problemas y sufrirlos casi como si fueran amigos hay que CONOCERLOS. Y eso no pasa en esta película. No los conocemos, no sabemos que es lo que los mueve. Uno como espectador no sabe por qué te tienen que caer bien. Son personajes planos, estereotípicos, sin personalidades definidas. El blanquito lindo, drogadicto pero tierno. El negro porrero, pero que quiere a su familia. La niña rica rebelde. La vieja solitaria. Ya sabemos desde que empieza la película lo que va a suceder con cada uno de ellos, así que la hora cuarenta minutos que dura es relleno para el “duro mensaje” que nos da al final. DON’T DO DRUGS.

Lo que sorprende de esta película es la aceptación popular y el nivel de “culto” que ha logrado en la sociedad. Con un  78% en Rotten Tomatoes y habiendo entrado en la lista de las 250 mejores películas según IMDB, hace que te preguntes: “¿La gente es boluda o esto es una obra de arte y yo estoy ciego?”. En verdad, esto no se puede responder. Sobre gustos no hay nada escrito y, aunque es cierto que la historia y el guion es simplemente malo y plano, también tiene un buen trabajo de fotografía (aunque a veces puede tornarse un poco repetitivo) y  juega con imágenes chocantes que, 15 años atrás, no se mostraban con la misma libertad que hoy en día.

De todas maneras, a mi parecer, es una película que te hace creer que rompe paradigmas, que se anima a llegar donde otros no lo hicieron, pero en verdad es tan tibia como cualquiera, llena de clichés y lugares comunes, donde el mal es LA DROGA en general, sin darle ninguna importancia a los personajes, haciendo que todo el concepto se pierda y nos queden un puñado de piedras bonitas pero inútiles.

Los pasteros
-Uni

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